Los suelos de la finca son calizos con poca materia orgánica, textura arenosa y poco fondo y el clima es muy riguroso y seco, de tipo continental. Estas condiciones tan extremas, junto la altura favorecen las bajas producciones y alargan el proceso de maduración de las variedades de uva adaptadas a la zona, dando gran redondez y calidad a los vinos que nacen de ellas.
La viticultura aplicada en los viñedos parte de una base tradicional con la introducción de las técnicas más modernas y sistemas ecológicos de cultivo para garantizar la producción de uva de calidad, así como un equilibrio sostenible entre la finca y la bodega.